domingo, 8 de mayo de 2011

Monólogo de un pesimista


Estoi cansado, muy cansado. He mentido, he mentido mucho, pero sobre todo, me he mentido a mi mismo.
Antes, cuando mis hormonas recien se esparcian por mi cuerpo, era todo mas simple, me sentia tan insensible y lleno de testosterona, que la vida era mucho mas facil, no tenia miedo de que me vieran tal cual soy, ni de ocultar lo que realmente siento.

Ahora estoi borracho de dudas, pero comienzo a entender el daño que nos hace al mentirnos a nosotros mismos día tras día, durante años. Pero ya no lo haré mas, seguiré mintiendo, seguro que si, pero no me mentiré mas a mi mismo, ni siquiera para proteger a otros y sus relaciones conmigo, he aprendido que no vale la pena y que ningún ser humano es confiable, ni siquiera nosotros podemos confiar en nuestra mente en ciertos estados de conciencia, donde nos volvemos vulnerables y autodestructivos.

Hoy hago un esfuerzo tremendo por mantenerme de pie, por levantarme en la mañana y seguir avanzando, tengo 23 años, y estoi cansado, estoi deprimido y asqueado de todo.

Cada vez que digo la verdad, terminan por hacerme sentir que está mal; quieres una mujer que te ame? MIÉNTELE y la tendrás, una de las verdades mas grandes del mundo, que lamentablemente, se me olvido como mantenerla, o quizas, me siento sucio y prefiero ir de cuerpo en cuerpo, sin buscar amor, para no tener que mentir. No me refiero a mentir sobre hechos, o cosas así, eso no afecta los sentimientos de una mujer mayormente, pero no puedes mas sensitivo y perseptivo que una mujer, porque sino, comenzará a verte como una amiga, una mujer mas, y ahí es cuando todo se va a la mierda, y peor aún, si tu le seguiste el juego y aceptaste mentir en silencio. Benditos los que nacieron con insensibilidad masculina, malditos los que tenemos que mentirnos diariamente, que pena, que asco, que odiosamente vulgar se ha vuelto la verdad ante mis ojos.

Hoy ya no creo mas en esa mujer ideal, en esa alma gemela, hoy deje de creer que existen esas cosas, puedes ser el alma gemela de quien quieras si sabes decir las palabras correctas y seguir ciertos pasos, simples, pero con un peso emocional que yo no he aprendido a cargar concientemente, porque alguna vez lo cargué, pero no lo sentía encima, era parte de mi, no habían culpas. No se porque me sigo negando a que las cosas son así, frías y calculadoras.

Me canse de escribir, me canse de darle sentido a las cosas que no lo tienen, y me canse de idealizar la humanidad.

Regalos


Aveces, cuando deseas algo intensamente y por mucho tiempo, aveces, sólo aveces, termina por suceder. 
Pensabas para tus adentros; "cuando eso pase, voy a aprovechar mi oportunidad, voy a dar lo mejor de mi mismo, voy a hacer esto, voy a hacer lo otro..."
Pero saben?, aveces, cuando estas cosas pasan, solo te quedas inmóvil de pensamiento, dices las palabras incorrectas, se te nubla la vista y puedes llegar a temer por que todo desaparezca.
Los siguientes días, cuando has pensado sobre lo que pasó, crees tener las respuestas, crees saber quien eres, y que haces aquí, que hacías ahí; pero aún así no haces nada, te quedas inmóvil, temiendo dar un paso en falso y caer contra el suelo.
Y entonces pienso... por qué?, No es porque pienses que no te mereces lo que te ha pasado, no. Es porque temes no hacerlo bien, no estar a la altura de las circunstancias; y es que parece ser que la vida goza con ponernos frente a retos frente a los que dudamos, supongo, para descubrir si somos capaces de avanzar a pesar de las duda, si somos capaces de vivir y vencer nuestros miedos.
De lo único que no deberíamos dudar, es que nada es eterno, y por ende, vivir el riesgo de la vida misma es para mi una buena solución a estas dudas, a pesar, que no me considero un muy buen practicante de dicho lema. Si nada es eterno, entonces no deberíamos temer perder las cosas por las que hemos luchado, luchar por algo no nos hace dueños de lo que ganemos con dicha lucha, sólo nos hace responsables de disfrutar todo lo que podamos de estos inesperados regalos que nos da la vida, esos que nos hacen dudar, estos regalos, que aveces, sólo aveces se dejan ver.

El secreto


Como saber… cuando el miedo nos frena… nos frena a decir la verdad, a vivir la verdad. ¿Que pasaría si mañana muero sin decirte lo que siento? Nada, no pasaría absolutamente nada, esa es la cuestión, callar parece mejor solución que decir la verdad, porque callar no es mentir, sino mentirse.
Como saber… si compartimos ese miedo en silencio, o no es más que mi esquizofrenia emocional aullando desesperadamente, tratando de justificar mis ganas de confesar.
Como saber… si cuando estas sola bajo tus sábanas, no te preguntas lo mismo que yo. Si realmente esto trasciende condiciones mundanas, ¿qué hemos de perder con besarnos?, ¿somos tan elevados como para intentarlo sin miedo a quedarnos sin nada?
Supongo que la única forma de saber, es ceder al deseo.