jueves, 8 de septiembre de 2011

De piel , cafe y miel.

Dulce, dulce la miel que escurre de tus ojos
cuando lloras o ríes, cuando rozas mi espalda.
Sin miedo emprendes el vuelo con alas de grandeza y espíritu libre
hacia donde no muchos podemos llegar, sin caer al vacío.
Y aun cuando tus labios no sonríen, besas el aire con devoción
como la gota del rocío que cae lentamente por el pétalo de una flor.

Dulce también, es la azúcar de tu piel, café, ron y miel
Y si bien quizás, no veas lo que veo, el reflejo de mis ojos no miente,
como espejo de la verdad, se asoma tu alma volátil,
en busca de un destino mejor.

Ahora vez, que en sufrir no hay amparo, la verdad y la luz, lejos no están.
Puedes llorar, una y otra vez, y siempre, siempre... tus lágrimas daráan vida
a un nuevo ser.

Aveces quisiera llevarte de la mano, como a una niña y llevarte a ver el sol salir, para luego hacerte el amor entre mis brazos y tu mirada profunda y tentadora. Pero no veo razón para hacer algo así, nunca existe esa razón, solo una justificación del hecho en si mismo, para no sentirme culpable de semejante deseo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario